En cada lugar existe
un espacio letargado
donde no habita el presente
ni el pasado
ni el futuro.
Sólo encontramos al mutante
con su lomo deformado
parecidos a las altas montañas
donde duermen los ojos de cóndores
capaces de arrancarnos
una mirada podrida
de estiércol enfermo.
entonces nos encontramos desolados
ante una precaria
coexistencia.
ante sonrisas malvadas
de enanos confundidos
Y al día siguiente, quizás
no tan fingidas
por que creemos en la luz de un nuevo día.
Por eso,
nos abrazamos
OnImo
para sentir la esperanza
recorrer las delirantes tranvías
del vació
de un ser.
Nos refugiamos
en esa
la enervante luz al levitar
en nuestra excelencia
y felicidad.
buscando algún rincón
donde se ilumine nuestro existir.
nos aferramos al amor
nos aferramos a la vida
nos aferramos a la muerte
esto no tiene un fín..
