El mozo y la escritora

        La estadía  va llegando a un límite, un momento  donde todo tiene que parar, un espacio reducido  en    un  corto tiempo;  donde  podemos  aprovechar  en  desnudar nuestros sentimientos, aquellos que invaden mi  ser  desde  el primer instante que te vi.

     Me encuentro  tomando un café, en aquel restaurante de siempre, lugar  donde nos conocimos. Allí    nos   dijimos de todo con nuestras miradas,  fue cuando comprendí que una historia de amor iniciaba en mi vida, de pronto me dio ganas de tomarme un cappuccino, entonces  te llame, y te dije:

-  Joven, me trae un cappuccino, por favor

-  Claro, desea el grande o chico?

-  Quiero el grande.

De pronto  me mostraste un sonrisa, aquella que envuelve un poco de picardía, no entendí  el motivo  de tu sonrisa.  Y después  de unos segundos, mientras sacaba mi laptop para escribir un cuento que tenía en mente,  comprendí  que eso fue  un  directo y  fresco coqueteo.

Me  encontraba  en  contra  del  tiempo;   tenía algo de prisa en escribir  y dejar que mis ideas fluyan como  los peces  fluyen en un rio,  me  deje  llevar por mi cruda imaginación ; aunque,   algo inquietaba mi tranquilidad, esa concentración que anhelaba tener se había esfumado,  convirtiéndose en  curiosidad .

 Intente concentrame en mi escritura, ya que tenía que presentarlo al dia siguiente en mi trabajo, me puse a escribir sin mirar a nadie, me olvide del mundo y de las conversaciones que escuchaba a mi alrededor.

  -  Señorita , disculpe, Ya llego su  cappuccino

  - Ok, dejalo aquí..

  -  Sabía que usted es fea?

  -  Perdón, que me dijiste?

 Fue cuando una especie de emociones extrañas comencé a sentir, una mezcla de risa con fastidio, algo que no podía entender con claridad. Que pretendía hacer conmigo, que me queje con su jefe, que ya nunca más vaya a ese restaurante. Que chico tan tonto, pensé. Nuevamente  vi  esa sonrisa,  me dejo con la palabra en la boca, tras  atender a otra mesa que lo llamaban por ahí. Yo me encontraba hecho una fiera queriendo saber una explicación, que atrevimiento fue ese, ni siquiera le había dado la confianza para que se exprese de esa forma hacia mi persona, quería  decargar,  y lo llame

  - Mozo, Mozo, Mozo!

  - Limpie la  mesa!!

  - Por lo visto no le enseñaron a tomar café.

  - Todo lo contrario, lo derrame para que lo limpies,  MOZO!

  - Usted  parece molesta, lo de fea fue una broma.